25-S, las consecuencias de la desobediencia a la autoridad
Mucho se ha criticado la actuación policial en la
manifestación del 25 de septiembre en la que se trataba de ocupar el Congreso de los Diputados.
No trato de defender al gobierno, defiendo la actuación de la policía, que no es otra
cosa que defender la ley. La ley, eso
tan antiguo que nació con el objetivo de limitar el libre albedrío de los seres
humanos que viven insertos en una sociedad y es el principal control que
ostenta un Estado para vigilar que la conducta de sus habitantes no se desvíe,
ni termine perjudicando a los demás.
Al llegar a Madrid muchos manifestantes se quejaron de los
cacheos, pero lo cierto es que la policía hace su trabajo, a ver si se van a
traumatizar porque les huela un perro, que la autoridad tiene que prevenir actos
violentos de radicales como los de Barcelona...
Las medidas de proteger el
Congreso fueron proporcionales y adecuadas. En el Congreso están los
representantes que elegimos cada 4 años, es inviolable según la Constitución del consenso y ocuparlo
ilegalmente es un golpe de Estado.
Muchos gritaron que "IU nos representa" y les
aplaudieron al verlos...¿Por qué no les dejan representarlos en el Congreso
como los países democráticos civilizados?.
Los políticos son un
mal necesario, sino reinaría la anarquía.
Las manifestaciones siempre están permitidas si son pacíficas
y son convocadas legalmente. En este caso, había gente que iba a manifestarse y
una minoría que iba a otras cosas. Si la manifestación se extralimitó en hora
y/o sitio...deja de ser legal, se rompe lo pactado. Entonces la policía tiene que 1 º: invitar,
2 º: ordenar, y 3 :º utilizar la fuerza. Siempre por las buenas, luego por las
malas. Esto es en Francia, en Holanda, en Canadá o en Finlandia, en cualquier país
de Europa, en cualquier país democrático con leyes, haya un gobierno de
izquierdas o de derechas.
Etiquetas: 25-S, anarquía, antidisturbios, Barcelona, cacheos, Congreso, Estado, Europa, gobierno, golpe de Estado, IU, Ley, Madrid, manifestación, minoría, policía, políticos, radicales