El público de Las Vegas, hambriento de un servicio, se quedaron atontados ante el timo mundial que la ciudad del pecado haya dado nunca en sus casinos, paralizados dejaron de aclamar enloquecidos tras los primeros segundos de la mediocre actuación.

Britney Jean Spears tambaleándose sobre su propia cima que su talento consiguió, se movió desganada pareciendo consciente del bochornoso número de circo que estaba siendo capturado por las cámaras. El hermoso juego de luces y las espectaculares imágenes que proporcionaban los brillantes bailarines en el escenario no consiguieron construir la actuación redonda que estaba llamada a ser, debido a la pieza clave. Nerviosa como una principiante hizo algo así como mover los labios de manera descoordinada y moverse como una alumna de yoga.

Con esa noche el género de plástico (POP), deja vacante ese lugar que su ocupante abandonó en su día y que ahora ha sentenciado su futuro.

MTV ha sido desprestigiada y su culpable se enfrenta ahora a mediáticos juicios. La cadena musical intentó amarrar a millones de víctimas hambrientas del regreso de Su Alteza Britney Spears, pero la estrategia televisiva para ensillar a la audiencia perdida se desmoronó mientras, continuaba unos de los premios más aburridos que la rompedora MTV haya ofrecido nunca.