Agresión racista convertida en un circo
Los límites del espectáculo se vuelven a romper con la televisión, la última comprobación de esta degeneración a sido motivada por la agresión xenófoba a una adolescente ecuatoriana en Barcelona. Los medios han montado el efímero circo de micrófonos y cámaras, y compiten entre sí por las respuestas de un psicópata impulsivo que se jacta de su hazaña televisiva, chulea a los periodistas y baraja remuneradas entrevistas, ya es famoso.
Son las consecuencias de cómo una agresión racista puede convertirse en el mejor espectáculo televisivo. El caso ha subido la audiencia ,en varios programas, y ha quedado saciada después de ver repetir ,una y otra vez, el ataque violento. El agresor, un desgraciado rabioso, perdido sin rumbo fijo en donde nadie lo ha querido, está acomplejado por su inferioridad y por eso descarga su ira con seres indefensos. La vida del pobrecillo solo es llenada por horas enteras bebiendo y fumando encerrado en un bar. Los 4000 casos de agresión en España es un gélido dato, invisible, ante uno que ha sido grabado por una cámara.

Ahora las imágenes se han difundido en América y ha provocado hasta una crisis diplomática con Ecuador, porque la escalofriante pasividad del testigo es la indiferencia de los españoles ante los problemas del prójimo y porque no es el racismo de Sergi Xavier M. M sino que representa el racismo en España.
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